OTRA VEZ LA INJUSTICIA
Queridos hijos; ¿con que cara podemos acudir a un tribunal internacional clamando justicia, si nosotros no tenemos idea que es eso?. Esta, (para algunos) temeraria afirmación, podría interpretarse como una ignorancia de mi parte, pero con los ejemplos que expondré a continuación ustedes podrán apreciar el altísimo grado de razón que acompaña mi critica. Aclarando que no poseo estudios jurídicos pero sí sentido común, voy a demostrar por que estamos como estamos y seguiremos estando, sino ponemos un freno entre todos, no pidiendo que “se vayan todos” pues hay jueces muy capaces, pero ya es necesario que sí sean despedidos aquellos que tanto desprestigian a la justicia.
Si tomamos como un parámetro para ubicar a los capaces de los incapaces, solo tenemos que remitirnos a la “interpretación de las leyes” que hacen unos y otros. Y partiendo de la base que las leyes tienen una sola dirección y fueron creadas por los legisladores para castigar a quienes las incumplen, lamentablemente estas adolecen de una escala precisa de penalización dejando a criterio de los magistrados el mayor o menor castigo por el mismo delito cometido. Se supone que quienes han estudiado derecho penal, debieran tener un criterio formado de manera que sus fallos se ajusten a las normas establecidas, por lo que de ningún modo podrían tener tan desiguales interpretaciones sobre dos delitos similares; salvo que los agravantes sean muy marcados entre si.
Para comprobar el criterio y el descriterio de unos y otros, me remitiré al análisis de dos casos similares, donde en uno los jueces aplicaron ejemplarmente la ley y otro donde, ya sea por ignorancia o corrupción, no hicieron lo mismo.
El primer caso fue en un accidente automovilístico en el que perdieron la vida una madre y su hija al ser embestido violentamente el automóvil en el que viajaban por el carril derecho en una autopista, por un auto que conducía a alta velocidad el joven Cabello corriendo una picada. Tomando los jueces los agravantes, como ser; la alta velocidad, y la indolencia exhibida al no prestarle ninguna atención a las victimas del auto que él chocara, produciendo el agravante del abandono de persona, este irresponsable muchacho fue condenado a 12 años de prisión efectiva. Fallo ejemplar que fuera notoriamente aplaudido por toda la sociedad, salvo por esa pequeña esfera social a la que pertenecen los padres del condenado.
El segundo caso se relaciona con otro accidente de características similares, producido también corriendo una picada, pero esta vez no en una autopista, sino en una avenida donde el conductor atropelló a dos jovencitas que cruzaban, matando a una de ellas y dejando herida a la otra. Con el agravante que a ésta debido al impacto, quedó sobre el capot del auto, el que después del choque recorrió mas de 60 metros, donde logró detenerse y pese a que la herida le pidió que por favor la ayudara, este la abandonó y se fugó en dirección de su casa donde trató de esconder el auto. O sea, al igual que cabello, corriendo una picada este nuevo asesino del volante produjo un accidente donde hubo una persona muerta y el abandono de una persona gravemente herida, agregándose otro agravante más al manejar alcoholizado. Y los jueces de este caso, (los que suponemos tienen el mismo grado de estudios que los anteriores) consideraron que la pena de este culpable debe ser de solo 4 años, exactamente un tercio de la pena impuesta a Cabello. Hasta el jurídicamente imbecil y estúpido con jurisprudencia de idiota el tonto leso de Feinman piensa...bueno él no piensa, más bien él también cree que no sabemos nada lo que es la justicia.
Buenos Aires 05/05/06 Milan Bonacic-Doric Hasta la próxima Baybis
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